El objetivo de BIP era construir un lugar de trabajo moderno tanto en lo relativo al mobiliario como en general y utilizar tecnología que fuese fácil de usar. La transición de BIP desde Skype for Business hasta Microsoft Teams brindó a la empresa la oportunidad de revisar su proyecto de videocolaboración en su totalidad, impulsada por la necesidad de disponer de un producto versátil. BIP tenía claro cuáles eran los requisitos que determinarían su decisión: la calidad del audio, la simplicidad en cuanto al uso, la configuración y el mantenimiento, el análisis y el diseño.
La calidad del audio se analizó detenidamente. Incluso antes de la pandemia, BIP ya experimentó con el trabajo híbrido y con el teletrabajo. Los empleados se acostumbraron a los auriculares y era necesario mantener una alta calidad de audio, sin distorsión, incluso dentro de las salas de reunión. El segundo factor era la simplicidad de uso, configuración y mantenimiento: el producto tenía que ser fácil de usar y contar con una interfaz uniforme en teléfonos móviles, portátiles y sistemas de videoconferencia. Además, la configuración tenía que resultar sencilla, incluso para el personal no técnico. El análisis también fue un elemento clave; BIP necesitaba un software que pudiera mantener las salas de reunión operativas sin problemas y que permitiese un mantenimiento proactivo y predictivo. Por último, la empresa necesitaba un diseño que se integrara armoniosamente con sus nuevos espacios y que tuviese estructuras escalables y modulares que mejoraran el entorno de trabajo.
