Sin embargo, el problema es que estos espacios más pequeños a menudo carecen de las funciones de vídeo avanzadas esenciales para que las reuniones híbridas sean eficaces.
Desde el punto de vista de TI, las soluciones de videoconferencia para espacios de reunión reducidos y espacios pequeños se han equipado históricamente con un equipo AV mínimo o nulo. Esto se debía a que su uso principal era para reuniones en persona, a la falta de opciones rentables y a la urgencia de equiparlos cuando los empleados regresaban a las oficinas. Estos equipos no solían contar con una gestión centralizada, lo que limitaba la capacidad de ampliarlos y gestionarlos con eficacia.
Como resultado, los empleados a menudo se han conformado con un enfoque BYOD. Esto significaba usar sus portátiles para unirse a reuniones y compartir contenido y tener que sortear cables para conectarse a cualquier equipo disponible en la sala. Este escenario era suficiente cuando los espacios de reunión reducidos se usaban principalmente para reuniones en persona, pero en las reuniones híbridas actuales la experiencia empeora.
Afortunadamente, ahora existe un enfoque mejor, que sirve a los empleados, a los responsables de TI y AV y a los administradores.
